"Los obreros dadaístas se balanceaban en los andamios provocando la caída de compañeros y material. Al terminar el trabajo en la obra -aberraciones sin lógica ni fin estético- se metían rayas de amianto por el mero hecho de exponerse".

"Invirtiendo las inclinaciones del mercado, los comerciantes de lejia con olor a pino, empezaron a levantar bosques de pinos con olor a lejía, mucho más limpios que los de verdad. Cuando soplaba el viento a los animales les lloraban los ojos".

"En el primer Génesis, Dios hizo al hombre de un barro distinto, más sucio, y dio a luz una raza de engendros codiciosos y llenos de ira. Cuando intentó orquestar un remake lograron matarle. Por eso vivimos a la deriva en el espacio negro".

"Cuando un amante muere con un "te quiero" a medio decir en la boca, le crecen entre los dientes unas flores moradas que huelen a huevo frito y traspasan el ataud y la tierra. Si se las regalas a una chica podrás follar con ella el resto de tu vida".

"De la montaña de desguace provenía un grito infrahumano, que no cesaba día y noche, incluso cuando vaciaron el solar y la voz seguía sonando allí. Aturdidos volvieron a amontonar los bloques con tapones en los oídos para no escuchar".

"En los últimos momentos del parto fallido de su hijo nonato, salió al balcón a fumar un cigarro apoyado contra los postigos, y vio cruzar la luna un globo sonda".

"Observando el molar extraído, comprendió que aquel pedazo de su cuerpo había escapado a las cadenas de su propia muerte, con la habilidad de un viejo mago de circo, y se entristeció".

"Los domingos por la tarde subían con sus familias hasta las cuevas, excavadas en la pared del barranco, e intercambiaban en silencio roles de dominación".

"Entre los restos humeantes del merendero quemado, la extraña disposición de los cuerpos del padre y sus hijas, dio pie a turbadoras interpretaciones".