Treinta
"-Lo que estamos construyendo es una tumba para nosotros mismos-, chilló el obrero exaltado. El calor apretaba, y sus trajes comestibles atraían a todo tipo de depredadores en aquel planeta hóstil. Miraron a la Gran Pirámide a medio hacer y alguien disparó contra el sindicalista por la espalda. -¡Empezad a echaros sal por encima!-".